Exposición: Usted está aquí de Raúl Ayala
Los mapeos de una piel fragmentada
En el dibujo de Raúl Ayala, la presencia del cuerpo se configura de a poco, como la de la piel que sana por capas. Sus trazos buscan materializarse a través de la conjunción de varios niveles de significantes: la epidermis recae en la reunión de un reciente archivo familiar compuesto de fotografías del cotidiano tomadas espontáneamente por su hermana, actualmente en Canadá, y por sus dos tías, residentes en Italia. La dermis se produce con el registro en video de una serie de conversaciones con su abuela y sus tías, propuestas durante un viaje de visita. Y, siguiendo un deseo de mistificar el lenguaje, la hipodermis se desarrolla -en conjunto- a manera de textos que rozan temas íntimos en un catártico ejercicio de memoria.
Ayala practica un tipo de síntesis de las formas que sus parientes se auto-retratan y se auto-representan fotográficamente. La apropiación y manipulación de estos materiales está asistida por un derecho concedido, el de la consaguinidad. Su auto-referencia.
La posibilidad que se le presenta de contactar físicamente a sus familiares también produce un tipo de extrañeza al momento de partir. ¿Cómo transfigurar este sentimiento? ¿Es posible pensar el desarraigo sin nostalgia? Parece que sí. El dibujo se proyecta como un tipo de caricia que, dando principal importancia al gesto individual, manifiesta la distorsión de la comunicación a distancia; y, la mismo tiempo, recuerda y re-construye esa micro-colectividad: su sociedad más cercana y afectiva.
En una búsqueda de singularidades, tan difícil en un mundo cada vez más estandarizado, la re-utilización y manejo libre de estos insumos dan forma a esta serie de dibujos a gran escala titulada Usted está aquí. Encabezado que nos hace referencia directa al modo de señalización que se usa en los mapas, pero que Ayala toma prestado de manera metafórica, y ficciona una posible cartografía donde los encuentros en familia van demarcando puntos oníricos en una topográfica agrietada por el destierro voluntario.
La desfiguración de la materia prima antes señalada y presentada hoy a manera de intervención en el “cubo blanco”, es el medio donde Ayala encuentra un sentido simbólico a un compendio de sensaciones e ideas que cada adiós, le han dejado.
Rozando con la corriente del graffiti y el arte urbano, Ayala pinta sobre las paredes de la galería al ritmo del despojo. A la vez que considera cuidadosamente el proceso partiendo de la habilidad técnica, se percibe una dosis de accidente y contingencia tras el paso de casi un mes de operación en el sitio.
Siendo conocedor de obras anteriores del autor, se podría decir que este trabajo se avecina a lo que algunos han llamado un modernismo personal, que incluye estilos de movimientos anteriores que en diálogo con las técnicas de lo “hecho a mano”, encuentran una relación con la historia, pero también abren un espacio de entredicho, donde la distorsión conciente del contexto más próximo, da cabida a las memorias personales.
Paúl Rosero C.
15 de agosto de 2010
Los mapeos de una piel fragmentada
En el dibujo de Raúl Ayala, la presencia del cuerpo se configura de a poco, como la de la piel que sana por capas. Sus trazos buscan materializarse a través de la conjunción de varios niveles de significantes: la epidermis recae en la reunión de un reciente archivo familiar compuesto de fotografías del cotidiano tomadas espontáneamente por su hermana, actualmente en Canadá, y por sus dos tías, residentes en Italia. La dermis se produce con el registro en video de una serie de conversaciones con su abuela y sus tías, propuestas durante un viaje de visita. Y, siguiendo un deseo de mistificar el lenguaje, la hipodermis se desarrolla -en conjunto- a manera de textos que rozan temas íntimos en un catártico ejercicio de memoria.
Ayala practica un tipo de síntesis de las formas que sus parientes se auto-retratan y se auto-representan fotográficamente. La apropiación y manipulación de estos materiales está asistida por un derecho concedido, el de la consaguinidad. Su auto-referencia.
La posibilidad que se le presenta de contactar físicamente a sus familiares también produce un tipo de extrañeza al momento de partir. ¿Cómo transfigurar este sentimiento? ¿Es posible pensar el desarraigo sin nostalgia? Parece que sí. El dibujo se proyecta como un tipo de caricia que, dando principal importancia al gesto individual, manifiesta la distorsión de la comunicación a distancia; y, la mismo tiempo, recuerda y re-construye esa micro-colectividad: su sociedad más cercana y afectiva.
video previo a la exposición: Usted está aquí de Raúl Ayala from Paúl Rosero C. on Vimeo.
En una búsqueda de singularidades, tan difícil en un mundo cada vez más estandarizado, la re-utilización y manejo libre de estos insumos dan forma a esta serie de dibujos a gran escala titulada Usted está aquí. Encabezado que nos hace referencia directa al modo de señalización que se usa en los mapas, pero que Ayala toma prestado de manera metafórica, y ficciona una posible cartografía donde los encuentros en familia van demarcando puntos oníricos en una topográfica agrietada por el destierro voluntario.
La desfiguración de la materia prima antes señalada y presentada hoy a manera de intervención en el “cubo blanco”, es el medio donde Ayala encuentra un sentido simbólico a un compendio de sensaciones e ideas que cada adiós, le han dejado.
Rozando con la corriente del graffiti y el arte urbano, Ayala pinta sobre las paredes de la galería al ritmo del despojo. A la vez que considera cuidadosamente el proceso partiendo de la habilidad técnica, se percibe una dosis de accidente y contingencia tras el paso de casi un mes de operación en el sitio.
Siendo conocedor de obras anteriores del autor, se podría decir que este trabajo se avecina a lo que algunos han llamado un modernismo personal, que incluye estilos de movimientos anteriores que en diálogo con las técnicas de lo “hecho a mano”, encuentran una relación con la historia, pero también abren un espacio de entredicho, donde la distorsión conciente del contexto más próximo, da cabida a las memorias personales.
Paúl Rosero C.
15 de agosto de 2010
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